miércoles, 29 de septiembre de 2010

Educando al soberano



Abre el post un cuadro sobre gasto en educación por parte del gobierno nacional, tema candente en la actualidad. Como siempre la idea es discutir a partir de la realidad que es la única verdad, y viceversa .  También la idea es hacer un poco de didáctica de economía para aquellos no del todo versados en estas artes oscuras.
Este cuadro resume por un lado (en naranja) el gasto real en educación y cultura por parte del gobierno nacional. Se mide en pesos y está en la sobre la izquierda. La palabra “Real” significa que en esos números no tiene impacto la inflación. Como bien sabe, gastar 100 pesos hoy no es lo mismo que gastar 100 pesos en el 2003.  Para ello se divide el número absoluto (100 pesos) por un “deflactor” construido a partir del índice de inflación (al final del post pueden buscar los deflactores para aquellos que los necesiten para laburos propios). En criollo, que si en 1993 gastaba 100$, o sea 100 cocacolas, en 2010 si gasto 150$ gasto en realidad 36 cocacolas. Gasto menos en términos reales.
La línea azul mide lo mismo pero en términos relativos al gasto total. Es decir, si el Estado gasta 100 pesos, y gasta 10 en educación y cultura, está gastando el 10% en ese rubro. Esto sirve por lo siguiente. Hoy el Estado gasta, por ejemplo, en educación y cultura 10 de 100 pesos de gasto total. Si mañana el estado gasta 15, uno podría decir que hay una mejoría. Pero si resulta que el gasto total fue 200 pesos, está gastando menos  en términos relativos aunque más en términos absolutos (15 contra 10, pero 7,5% contra 10%).
El cuadro muestra que el gasto, en términos absolutos, reales y relativos, ha crecido.  ¿Para que todo esto? Porque ya caen gordas las lecturas del tipo Los Kirchner y Menem son lo mismo, o sus variantes pretendidamente mas solidas como “son iguales en sus rasgos estructurales”. No solo el gasto público real es mayor, sino que el gasto en educación y cultura es mayor. Esto se encuentra en sintonía con un paradigma de creación de valor agregado que se intenta desarrollar desde el kirchnerismo, a través de una mayor incidencia del Estado como actor en el proceso económico introduciendo estímulos o desestímulos en un sentido u otro (de allí, en parte, el mayor gasto publico).  Esto claramente no era el camino del menemismo. Y, FUNDAMENTALMENTE, no será el camino de las alternativas electorales actuales, no sólo en términos de gasto público e incidencia estatal, sino de gasto en educación y generación de valor agregado. El modelo alternativo,  será de una mayor primarización productiva, con recuperación de los criterios de mercado para la asignación de recursos, como claramente lo muestra el plan de bajar retenciones ( fundamentales para establecer un doble tipo de cambio a favor de la producción industrial de mayor valor agregado).
En resumen, la lectura no puede ser nunca el “todo es lo mismo”. Puede garpar electoralmente a algunas organizaciones, pero en el fuero interno honesto y  sin el cinismo electoral, no puede ser ese el lente a partir del cual se mire la realidad, por la realidad se encarga de desmentirlo. Lo que si puede aceptarse, al decir de Fidel y puntualmente en el tema educación en una asamblea del Mercosur donde el kirchnerismo abogo por la presencia de Cuba, es “se puede hacer más”. La posibilidad depende como siempre de la correlación de fuerzas, y en ese análisis y discusión, planteado en esos términos, todos estamos gustosos de participar. Eventualmente la Historia dirá quien tenía (la) Razón.  

Año
Deflactor
1993
1,074
1994
1,039
1995
1,055624
1996
1,05667962
1997
1,05984966
1998
1,06726861
1999
1,04805778
2000
1,04072137
2001
1,02511055
2002
1,44540588
2003
1,49888589
2004
1,59031793
2005
1,78592704
2006
1,97702123
2007
2,48511569
2008
3,0566923
2009
3,51519614
2010
4,12756429

viernes, 24 de septiembre de 2010

Peronisis, Rhodas y llena la plaza si tenés con que


Arranco diciendo “confieso que he sido Pino Lozanista”. En otros tiempos incluso me comí unas empanadas en el jardín de la casa de Pino para celebrar el lanzamiento del primer Infosur (órgano de divulgación de Proyecto Sur). Ya entonces se prendió una alarma cuando en las elecciones de 2007, siendo fiscal de mesa para Lozano en capital, el análisis frente al balotaje en capital fue “Filmus y Macri son lo mismo”. Humildemente disentí con las directivas de la conducción. Me parecía que aún por más que el kirchnerismo y el campo popular en sí todavía no tuviese la fortaleza para imponer un cambio recontra revolucionario feten feten, no iba a ser lo mismo un gobierno de Macri que uno de Filmus. O por lo menos, iba a ser lo mismo para mí, que como caliente todos los días y no le tengo que poner mucha agua al puchero, pero no para muchos, que son los más. Para éstos esas diferencias no eran pequeñas diferencias frente a cambios estructurales, sino enormes diferencias en su calidad de vida concreta y cotidiana. La UCEP y la política de vivienda de Macri demostró que ese análisis era un pifie enorme. Cuestión que esa luz se prendió en su momento y no le di mucha bola.
La que definitivamente me indicó que estos muchachos habían chocado la calesita fue evidentemente la 125. Incluso para ellos fue un tema espinoso. Más allá de las discusiones sobre distribución del ingreso, establecimiento de un doble tipo de cambio, o la pura demostración política de pugna por la legitimidad del Estado en la injerencia de los asuntos económicos, hoy por hoy ningún pinolozanista se enorgullece de la foto con Buzzi. Creyeron ver ahí un aliado y un representante del pequeño campesinado (actor que realmente hoy no existe como tal) que hoy pide devaluar siguiendo el tradicional reclamo de los sectores propietarios contra los sectores asalariados, pero tuvieron otro pifie en el análisis.
El real problema, es justamente hacer ejercicios de análisis, con variables en el aire como si fuesen bloques de rasti que uno pone y saca a gusto y piaccere, y no un ejercicio de peronisis que piense la acción política en el marco de las situaciones reales, contemplando los procesos necesarios para llegar a un resultado y no la bondad del resultado en si, siempre con una ética de la responsabilidad y no solo de la convicción.
Esta diferencia se ve en una anécdota de militancia, en como la cuentan por un lado los pinolozanistas y por otro lado los kirchneristas. Algo así como un Melinda y Melinda de la militancia. Cuenta Pino que Kirchner le dijo: “Pino, el 70% de la gente está a favor de la estatización de YPF”. Aclara a continuación “Pero no la estatiza” y concluye “porque es un cobarde”. Uno, ex militante del pinolozanismo conocía esta anécdota. En el kirchnerismo, la anécdota tiene una secuela. Es la misma historia solo que Kirchner sigue hablando y dice “Juntame 30 mil personas en la plaza y yo la estatizo”. Ahí esta, quizá, la principal diferencia. Otra anécdota, que vaya a saber uno si es verdad, pone al Willi Moreno en una unidad básica respondiendo a las quejas de una señora que decía que la leche estaba cara. Willi entra explicar la cadena de formación de precios desde el tambero,
pasando por las usinas lácteas, hasta la comercialización, frente a lo cual la señora insiste con que nada de eso le importa, que la leche está cara. El bueno de Willi pierde la paciencia, como eventualmente nos pasa a todos, y le retruca a la señora “Bueno señora, para que este más barata hay que expropiar las tierras, las vacas y las usinas, para que pasen a ser del Estado. Si yo hago eso, la voy a ver a usted en la plaza apoyándome?”.
Más allá de que los muchachos de Mastellone la levantaron en pala aprovechando los saltos de
productividad del sector en los 90 sin bajar los precios digno de todo Grupo concentrado y de que hay otras cosas que se pueden hacer, la anécdota vale. De lo que se trata no es del programa mejor diseñado, sino de tener por un lado un Estado capaz de imponer ese programa y de un apoyo social detrás que le otorgue legitimidad. El kirchnerismo con sus problemas, limitaciones y contradicciones, es un camino en ese sentido.
En los foros de internet existe lo que se llama la Ley de Godwin. Sería algo así como cuando alguien compara a algo que quiere descalificar con el nazismo se le da por perdida la argumentación. En discusiones políticas argentinas, uno debería poder aplicar una ley parecida. Dame el programa a aplicar y en un anexo la estrategia para llenar una plaza en apoyo del mismo, si no no vale. Podemos
abrir el debate sobre el nombre. Los marxistas, que gustan de la citas celebres y en especial si son en latín, podrían nombrarla la Ley de Rodas (por la cita de Marx “Hic Rhodas, hic salta”). La traducción criolla sería “Si boqueas, boxea”. En suma eso es la perónisis. Personalmente me inclino más por esa línea.