miércoles, 27 de julio de 2011

Le progressisme c'est fini (va en francés a ver si entienden)

        Esto parece otro ejercicio de opinología encuestológica que hace leña del árbol caído, patea al que está en el suelo, habla con el diario del lunes y demás frases en esa línea. Pero hablar con el diario del lunes tiene valor. Es la misma frase “La Historia dirá quién tiene razón” solo que enunciada después del hecho que genera el debate. Quien ante el inobjetable fracaso de la selección sostiene “¿Qué esperaban con el autista que tenemos por técnico?”, no esta hablando con el diario del lunes si había jugado una picada de antemano a que Argentina se quedaba afuera. La Historia le dio la razón. Al “hablar con el diario del lunes” se le enfrenta  “en la cancha se ven los pingos”.

La Historia reciente en este caso, tiró sobre la cancha suficiente evidencia como para empezar a charlar. La experiencia que tuvimos en Capital demuestra a las claras que la mayoría de sus ciudadanos no son progresistas. Por lo tanto, los que antes decían “No, en la Capital hay que llevar como candidato a alguien progresista, culto, intelectual, que vaya a ver películas de Kiarostami al cine Cosmos y se compre libros de a media docena en Corrientes”, están lisa y llanamente equivocados. Esto no habla en desmedro de Filmus como persona, como político, como funcionario ni como legislador. Solamente dice que la campaña centrada en el eje de captar el voto progresista y con un candidato acorde, es una estrategia perdedora, como una selección nacional que juegue sin diez en la patria del diez. Esa estrategia perdió en 2007 y probablemente (a menos que ocurra el milagro portugués) no gane el balotage. Por mucho menos los echamos a Bielsa y a Pekerman y su proyecto.

Buenos Aires no es esa ciudad que se imaginan los progresistas. Ya Artemio pasó un análisis descollante sobre lo que llama Conurbanización del Buenos Aires. La composición demográfica de Buenos Aires ha cambió mucho: “como toda megalópolis sin gestión adecuada, se empobrece relativamente cuando ofrece mejores oportunidades de empleo e ingresos a los segmentos vulnerables, tanto nativos como extranjeros, en medio un ciclo de crecimiento económico sostenido del 7% promedio, como el ocurrido en el lapso comprendido entre los años 2003 y 2011”. Resultado de este proceso de atracción de la Ciudad Autónoma para segmentos vulnerables, la población en villas de emergencia a aumentado de 52.608 a 163.587 personas (y más recientemente entre 2001 y 2010 ha crecido un 52,3%, de 107.422 a 163.587 personas- DATOS DEL CENSO, el informe de la Legislatura Buenos Aires  Sin Techo es menos auspicioso, pero es más serio usar una base censal). Si se suman los asentamientos precarios y casas tomadas se llega a aproximadamente 250.000 personas. A su vez el 30% de los habitantes del sur proviene de países limítrofes, que de todos modos son ciudadanos que crecientemente gozan de plenos derechos de ciudadanía, tal como votar a nivel municipal por haber obtenido la residencia con 3 años de anticipación a la misma. Concluye Artemio: “con lo cual se termina definiendo un paisaje socio cultural y electoral muy típico del conurbano bonaerense, de fuerte y eficaz representación política populista histórica”.

          Con datos de la EAH podemos reconstruir la situación de las comunas del sur donde habitan 402.343 personas, es decir el 13,9% de la población de la CABA. En todas estas variables la comuna 8 presenta los peores guarismos, y la comuna 4 también, salvo contadas excepciones.


No es casualidad que en estas mismas comunas el FPV haya verificado su mejor performance electoral, el PRO la peor, y donde la brecha entre ambas se redujo a los mínimos registrados.


De todos modos, hay que acordarse de que en ningún momento decimos “ganamos”. Recurrimos a argucias, yeites y chantadas técnico-estadísticas para no decir, “nos ganó caminando y terminamos electoralmente como la Escudero en el baño y Silvina en el viñedo” (¿se pensaron que iba a poner algun link?, esto es serio che). Sin importar el resultado final es inaceptable que el peronismo pierda en las Comunas 1, 4, 8 y 9. En esos sectores es donde se debe desplegar una fuerte y eficaz representación política populista. La campaña consecuente con esta estrategia no es continuar persiguiendo un debate que a nadie le importa, insistir con causas judiciales que al ciudadano de a pie no le influyen, mostrarse con representantes de la cultura y el arte (de un tipo especifico de cultura y arte, por el cual muchos porteños no se sienten identificados, y legítimamente porque en cuestión de gustos no hay nada escrito y menos por la Escuela de Frankfurt y su nazismo estético que decía que el jazz y Chaplín eran industria cultural capitalista para adormecer las conciencias y ahora resulta que es alta cultura). Tuvimos que esperar hasta hace unos días para que se comience en las comunas del sur con los circuitos de distribución comercial de productos de primera necesidad para los hogares pobres (Carne, Cerdo, Pescado y Lácteos para todos). Ni hablar del despliegue que hizo el Ministerio de Seguridad, dando soluciones concretas sobre inseguridad a los que más la padecen. Esos instrumentos (sumando Plan Nacer, Asignación a Embarazadas, Planes de Viviendas en territorios nacionales, etc.), en sintonía con una militancia movilizada proveerán la mediación orgánica militante para que los beneficiarios concretos de las políticas del Gobierno Popular se sientan representados y expresados por un candidato, y no terminen privilegiando componentes menos sustanciales del voto (como las atribuciones personales y simpatía de un candidato).

Esto no es adoptar métodos espurios para obtener una victoria. Eso pensaría alguien que sostiene que el kirchnerismo es una forma de progresismo. Se equivoca. El kirchnerismo es una forma de peronismo, su historia, ideología, composición y bases de sustento son de innegable carácter peronista. Como gran proyecto de transformación nacional procura ser inclusivo y masivo, procura un desarrollo con inclusión social para todos los estratos sociales, es cierto. Pero el kirchnerismo no gobierna para la clase media (progresista o no), gobierna para los sectores populares. Desplegar una estrategia de representación política populista en la CABA ¿enajenará, como sostiene el Señor Perro Verbitsky, a los sectores medios del cordón progresista de Rivadavia? En primer lugar habría que decir que ese cordón no es progresista o los progresistas no son tantos porque ahí Macri también ganó, y con mayores diferencias. En segundo lugar, ponerse la careta progresista para conseguir votos (si los hubiese en cuantías significativas) sería de un vil instrumentalismo poco ético, Dios no lo permita. Pero lo que realmente habría que decir, es que si esos sectores se identifican como progresistas, no se entiende por que habrían de hacerle asco a una opción electoral que haya mejorado concretamente las condiciones de vida de los sectores populares.

Quienes estiman la identidad progresista en detrimento del peronismo, lo identifican con los viejos aparatos de poder vacíos de contenido, disponibles y funcionales a cualquier orden social, por más injusto que sea. No ven los grandes cambios que el movimiento peronista ha llevado adelante, producto de la renovación generacional tanto como del desarrollo de la Historia. En la pata sindical el progresismo confunde y mezcla modelos políticos y sindicales tan disímiles como los de Cavallieri-Barrionuevo con los del Negro Moyano. Al mismo tiempo, los militantes de la Juventud Sindical, se forman con John William Cooke y con Hernández Arregui, se encuentran en las antípodas de reivindicar a la Triple AAA, tanto como los de la Cámpora de reivindicar el asesinato de Rucci. Esas peleas pertenecen a otras generaciones, y es muy infructuoso trasladarlas a contextos políticos e históricos diferentes. En la pata política surge una nueva camada de intendentes que le ganaron las intendencias a los sectores del peronismo de extracción duhaldista que en 2005 enfrentaron a Cristina en la provincia. A su vez, la presencia de militantes de la juventud en los diferentes cuerpos legislativos y puestos de gestión asegura la continua formación de los que deben ser dirigentes de acá a 10 años. Cuando se habla de darle a la CABA una representación política populista análoga a la del conurbano, se lo dice en este contexto de renovación.

El peronismo es un movimiento político, una ideología, una cosmovisión, una obstinación, un hecho maldito, en fin, un sentimiento de más de 60 años. A él han sabido sumarse muchos dirigentes y ciudadanos de extracciones políticas muy diversas (comunismos, nacionalismos, socialismos, radicalismos) porque han visto en el Movimiento la realización de muchos de sus ideales, sin que por esto ni ellos ni peronismo hayan perdido sus características identitarias. Contrariamente, enormes fuerzas sociales y políticas se han congregado para desperonizar la Patria. Todavía estamos acá. Incluso después de desaparecer a los mejores de los nuestros, pudieron conducirlo a través de los Alsogaray, los nenes Chicago y la oligarquía diversificada, aunque circunstancialmente. Pero hoy las riendas del peronismo las retomó alguien que no va a dejar bajar las banderas de Soberanía Política, Independencia Económica y Justicia Social, que es el contenido real del peronismo, el que permite la adhesión masiva de millones de argentinos y su perpetuidad en el tiempo y a través de la Historia. Esas son las coordenadas de donde partimos y hacia donde vamos. Es por eso que en los actos kirchneristas se canta la Marcha bien fuerte y con los dedos en V. 


1 comentario:

  1. Estimadísimo Pipe, coincido en tu apreciación de que el kirchnerismo es una forma de peronismo. Se ve que seguis la línea de Artemio que alguna vez lo tiró, más o menos del mismo modo, en TN. O sea que el discurso progresista queda de este lado de la General Paz (pa los que miran 678).
    Por otra parte, creo sin embargo que la imagen de Filmus era la más adecuada. Si era Boudou (aunque esto es "diario del lunes") quizás no había ni balotaje. Pero evidentemente, entre algunos de los errores de esa derrota, está la falta de militancia concreta que hubiera posiblemente reportado algunos votos más.
    Da para seguir el debate largo tiempo. Desde otro palo, va mi votito para DF el domingo, a pesar de la imposibilidad de triunfo.

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